lunes, 26 de septiembre de 2011

Alimentos Funcionales

¿Qué son los alimentos funcionales?
Se consideran alimentos funcionales aquellos que, con independencia de aportar nutrientes, han demostrado científicamente que afectan beneficiosamente a una o varias funciones del organismo, de manera que proporcionan un mejor estado de salud y bienestar.

Estos alimentos, además, ejercen un papel preventivo ya que reducen los factores de riesgo que provocan la aparición de enfermedades. Entre los alimentos funcionales más importantes se encuentran los alimentos enriquecidos.

Los alimentos funcionales deben consumirse dentro de una dieta sana y equilibrada y en las mismas cantidades en las que habitualmente se consumen el resto de los alimentos.

¿Qué son los productos Prebióticos?
La definición elaborada por Havennar y Huis, indica que “es una preparación o producto que contiene microorganismos definidos viables, en número suficiente para alterar la microflora de la cavidad oral, intestino, vagina y piel (por implantación o colonización) en un compartimiento del huésped y debe ejercer un efecto positivo para la salud de este huésped”.

Los probióticos son microorganismos vivos que brindan efectos benéficos a tu organismo.

Los principales probióticos son los lactobacilos y las bifidobacterias. Se encuentran principalmente en productos lácteos fermentados como el yogur y en algunos quesos.

Algunos de los beneficios que nos aportan son:
Reducen la intolerancia a la lactosa.
Estimulan las defensas de tu organismo previniéndote de algunas enfermedades.
Contribuyen a reducir el riesgo de cáncer de colon.
Impiden el crecimiento de bacterias patógenas (que producen enfermedades) en el intestino grueso.
Ayudan a prevenir y controlar la diarrea.

¿Qué son los productos prebióticos?
Los prebióticos son sustancias que se encuentran en los alimentos, pero que no pueden ser digeridas por nuestro organismo. Estas sustancias pueden ser utilizadas como aditivos de alimentos tales como helados, productos lácteos, postres, galletas, pastas y alimentos para niños.

Los prebióticos son muy importantes, pues estimulan el crecimiento de los probióticos—o sea de los lactobacilos y las bifídobacterias en el colon.

¿Por qué y cómo surgen los alimentos funcionales?
En las últimas décadas, nuestros hábitos dietéticos han variado. Ya no se trata únicamente de que reduzcamos los alimentos cuyo exceso puede ser perjudicial para nuestra salud, sino de buscar aquellos que tengan beneficios saludables y nos ayuden a retrasar la aparición de algunas enfermedades.

Mientras que los consumidores europeos empiezan a familiarizarse con los alimentos funcionales, los ciudadanos japoneses llevan décadas consumiendo estos productos que gozan de gran popularidad. A mediados de la década de los 80, el incremento de la esperanza de vida de la población japonesa y el consiguiente aumento del gasto sanitario, provocaron que el gobierno nipón se planteara la necesidad de desarrollar productos alimenticios que mejorasen la salud de los ciudadanos para garantizar un mayor bienestar y calidad de vida.
En otros países, como Canadá y EEUU, el consumo de alimentos funcionales está muy extendido y aproximadamente un 40% de la población ya los ha incorporado a su dieta diaria.

Surgieron de la necesidad de compensar una alimentación desequilibrada, muy rica en grasas saturadas y pobre en determinadas grasas insaturadas, minerales, vitaminas y fibra.

En España, se comercializan actualmente alrededor de 200 tipos de alimentos funcionales, como por ejemplo: zumos a los que se les ha añadido vitaminas, minerales, fibra, etc., cereales con fibra y minerales, o leches enriquecidas con calcio, ácidos grasos omega-3, ácido oleico o vitaminas.

¿Quién debe y quién puede consumirlos?
Los alimentos funcionales pueden formar parte de la dieta de cualquier persona. Pero además, están especialmente indicados en aquellos grupos de población con necesidades nutricionales especiales (embarazadas y niños), estados carenciales, intolerancias a determinados alimentos, colectivos con riesgos de determinadas enfermedades (cardiovasculares, gastrointestinales, osteoporosis, diabetes, etc.) y personas mayores.

¿Cómo están regulados?
Las condiciones de higiene y seguridad de los alimentos funcionales están reguladas como cualquier otro alimento. En el caso de nuevos alimentos y nuevos ingredientes alimentarios están regulados bajo normativa específica.

Además, la legislación española, al igual que la de la Unión Europea, contempla que cuando se realicen afirmaciones relativas a que un producto está enriquecido con algún nutriente determinado, el envase debe contener obligatoriamente el etiquetado nutricional, indicando el aporte real del producto en ese componente.

Con respecto al etiquetado, la presentación y la publicidad, la Unión Europea determina que la información que se incorpora a los envases y a la publicidad no puede atribuirse propiedades preventivas, de tratamiento o curación de una enfermedad.

Debido al creciente interés por los alimentos funcionales, la Unión Europea, a través de un organismo denominado FUFOSE (Functional Food Science in Europe), va a regular las alegaciones sanitarias, es decir, la información dirigida al consumidor sobre los efectos favorables que este tipo de alimentos ejercen para la nutrición y para la prevención de enfermedades.

La Unión Europea exigirá que las alegaciones sanitarias de todos los alimentos funcionales estén científicamente probadas.

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