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viernes, 21 de octubre de 2011

AZÚCAR, ¿natural o artificial?

Si bien no existen recomendaciones acerca de cuánto azúcar se puede consumir por día, los nutricionistas aconsejan limitar su consumo y evitar los excesos. Además del aumento de peso, al ingerir carbohidratos se produce una  elevación de la glucosa (azúcar) en la sangre. Esto, a su vez, origina un aumento en la liberación de insulina, que es la hormona encargada de facilitar el uso de la glucosa de la sangre y, precisamente, esto es lo que se ha relacionado con algunos efectos negativos en el organismo. No es que el azúcar ocasione diabetes, sino que las personas que tienen esta enfermedad, problemas cardiovasculares o quienes quieren controlar su peso deben moderar su consumo de azúcar más que los demás.

La verdad sobre los edulcorantes
Los edulcorantes son sustancias que sirven para endulzar los alimentos y se clasifican, en función de su contenido energético, en nutritivos o calóricos (que contienen gran poder endulzante, se pueden encontrar procesados o naturales y proporcionan 4 calorías por gramo) y no nutritivos o no calóricos (que proporcionan cero calorías).

Dentro del grupo de los edulcorantes calóricos procesados podemos encontrar:

La sacarosa, que está presente en azúcar sin refinar, azúcar granulada, azúcar morena, azúcar de repostería y se obtiene de la remolacha o la caña de azúcar.
Los edulcorantes de maíz, que se emplean con frecuencia en refrescos, productos horneados y en algunos productos enlatados
La dextrosa, que es glucosa combinada con agua.
El azúcar invertido, que se obtiene al dividir la sacarosa en sus dos partes: glucosa y fructosa.

Entre los no procesados podemos encontrar los siguientes:

Azúcar sin refinar, granulada, sólida o gruesa y de color café oscuro que se obtiene de la evaporación del jugo de la caña de azúcar.
El azúcar moreno que se fabrica a partir de los cristales del azúcar obtenidos del almíbar de la melaza.
La fructosa, que es el azúcar que está en forma natural en todas las frutas.
La glucosa, que se encuentra en las frutas y en otros alimentos.
La miel de abeja, que es una combinación de fructosa, glucosa y agua.
La lactosa (azúcar de la leche) que se encuentra en la leche y está compuesta de glucosa y galactosa.
La maltosa (azúcar de la malta), que se produce durante el proceso de fermentación y se encuentra en la cerveza y el pan.
El azúcar de arce se obtiene de la savia del árbol de arce. Se compone de sacarosa, fructosa y glucosa.
La melaza se obtiene del residuo del procesamiento de la caña de azúcar.
El sorbitol y el manitol se emplean en muchos productos dietéticos y para personas con diabetes. El organismo los absorbe a un ritmo mucho más lento que el azúcar pero pueden ocasionar diarrea si se comen en exceso.
La estevia es un endulzante natural que se obtiene a partir de un arbusto originario de Paraguay y Brasil. Las hojas de la planta son 30 veces más dulces que el azúcar y el extracto unas 200 veces más, pero no está reconocida como segura por las autoridades de la Administración de Drogas y Alimentos de los Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) debido a que no existen pruebas científicas suficientes que señalen que no es dañina para la salud.


Edulcorantes no calóricos
En este grupo se encuentran las sustancias con un poder endulzante grande pero que no aportan calorías:

El aspartame, una combinación de fenilalanina y ácido aspártico (dos aminoácidos) y es 200 veces más dulce que el azúcar, pero no se puede usar para hornear.
El acesulfame K, edulcorante artificial que se puede emplear para cocinar y hornear.
La sacarina es 300 veces más dulce que el azúcar. Es el primer edulcorante artificial que se usó y se emplea en varios alimentos y bebidas dietéticas.
La sucralosa es un edulcorante hecho de la sacarosa (azúcar blanca) que a través de ciertos procesos tecnológicos se transforma en una molécula que es excretada casi por completo cuando pasa a través del cuerpo. Debido a que la sucralosa viene del mismo azúcar, tiene el mejor sabor y es el más seguro de los edulcorantes no calóricos que se conocen en la actualidad.
Los ciclamatos son 30 veces más dulces que el azúcar y no están aprobados para su uso en los Estados Unidos debido a que en el 1970 se descubrió que causaban cáncer de la vejiga en los animales.


¿Es seguro usarlos? 
Antes de que cualquier edulcorante sea aprobado para uso comercial debe pasar por una serie de pruebas que cuestan millones de dólares y que pueden llevar varios años de revisiones por parte de la FDA y los organismos competentes de cada país.

La sacarina, el aspartame, el acesulfame K y la sucralosa son los que están aprobados por la FDA. Los niveles de seguridad recomendados para el aspartame son 18 sobres o tres refrescos de dieta de 12 onzas (355 ml) por día, para una persona que pesa 130 libras (59 kg), pero no se recomienda que lo consuman personas con fenilcetonuria, un problema del metabolismo que aparece desde el nacimiento y en el cual no se puede utilizar la fenilalanina, que es un aminoácido.

En conclusión, los edulcorantes nos ayudan a darle un rico sabor a nuestros alimentos. Se recomienda consumir los más naturales, como el azúcar moreno o la miel de abeja. Si no queremos añadir calorías a nuestra dieta, la sucralosa es la mejor opción. Las personas que tienen diabetes deben evitar los edulcorantes naturales que aumentan la glucosa de la sangre, como por ejemplo, la sacarosa o el azúcar blanca, y las personas que quieren perder peso deben evitar los que aportan calorías. De todas maneras, recuerda que todos los excesos son malos, así que disfruta de los beneficios de los edulcorantes pero sin excederte.

jueves, 15 de septiembre de 2011

La radioactividad

La radioactividad es una forma de energía nuclear que también es usada en la medicina: radioterapia 

¿QUÉ ES LA RADIOACTIVIDAD?
La radioactividad es un fenómeno natural o artificial, por el cual algunas sustancias o elementos químicos llamados radiactivos, son capaces de emitir radiaciones, las cuales tienen la propiedad de impresionar placas fotográficas, ionizar gases, producir fluorescencia, atravesar cuerpos opacos a la luz ordinaria, etc. Las radiaciones emitidas por las sustancias radiactivas son principalmente partículas alfa, partículas beta y rayos gamma.

La radioactividad es una forma de energía nuclear, usada en medicina (radioterapia) y consiste en que algunos átomos como el uranio, radio y torio son “inestables”, y pierden constantemente partículas alfa, beta y gamma (rayos X).

¿CÓMO SE PRODUCE?
En este proceso, los núcleos de los átomos de los elementos se desintegran, con formación de nuevos núcleos que corresponden a nuevos elementos y liberación de energía. La radioactividad se puede dividir en dos categorías según su origen:

Por un lado tenemos la radioactividad natural que  es el proceso mediante el cual los núcleos pesados e inestables de algunos materiales radiactivos se desintegran de forma espontánea y producen nuevos núcleos de nuevos elementos y liberación de energía.

Por otro lado, la radioactividad artificial que consiste en la ruptura de los núcleos de átomos estables a través del bombardeo con partículas ligeras aceleradas, dando origen a nuevos núcleos que corresponden a nuevos elementos.

CARACTERÍSTICAS DEL FENÓMENO RADIACTIVO
La emisión de radiaciones por parte de un material radiactivo no depende del estado de libertad o combinación en que se encuentre, es decir, puede estar como una sustancia simple o como parte de un compuesto y este hecho no incidirá en tales emisiones.

La radiación es independiente de factores que intervienen en las reacciones químicas.

Las radiaciones pueden impresionar placas fotográficas, atravesar materiales opacos, ionizar los gases y producir reacciones químicas.

CASO JAPONÉS
El saldo luego del devastador terremoto de 9 grados de magnitud ocurrido el pasado 11 de marzo en Japón es dramático. Además de la tragedia humana, el país asiático se vio envuelto en una crisis nuclear que amenaza seguir propagándose a medida que avanza el tiempo.
El movimiento sísmico no solo arrasó puertos y ciudades enteras, sino que, asimismo, derribó el sistema eléctrico y los sistemas de emergencia de la planta nuclear localizada en Fukushima Dai-ichi.

Las autoridades niponas recientemente han revelado que el plutonio, de alto nivel tóxico, se está filtrando desde la planta nuclear del noreste del Japón hacia el suelo exterior. Por ello, han decidido evacuar el área dentro de un radio de 20 kilómetros (12 millas) de la planta nuclear de Fukushima.

¿Cómo funciona la planta?
La central usa una tecnología llamada reactor de agua en ebullición o BWR (Boiling Water Reactor), que es la misma de las centrales españolas de Garoña y Cofrentes. Garoña es un modelo idéntico al reactor 1 de Fukushima. Los construyó General Electric y abrieron en 1971. El combustible o núcleo del reactor se calienta dentro de una vasija llena de agua y protegida por una estructura llamada de contención. El combustible alcanza hasta 2.000 grados y hace hervir el agua. El vapor es conducido por tuberías hasta una turbina que genera electricidad.

¿Cómo empezó todo?
Los edificios resistieron al sismo y al tsunami, pero se dañó el abastecimiento eléctrico del exterior. La central activó entonces el sistema de emergencia autónomo, pero la inundación lo estropeó. Sin electricidad, fallaron los sistemas de refrigeración y los núcleos empezaron a sobrecalentarse. Se recurrió a agua del mar para evitarlo, pero no bastó.

¿Qué ha pasado en los núcleos?
En los reactores 1, 2 y 3 han habido varias explosiones de hidrógeno y escapes de vapor con dichas partículas volátiles. También se han hecho liberaciones controladas de gases para disminuir la presión

DETECTAN RASTRO DE RADIACIÓN EN LECHE MATERNA
El Ministerio de Sanidad, Trabajo y Bienestar japonés informó que se ha detectado en siete mujeres rastros de radiación en muestras de leche materna.

Dicho análisis fue realizado a 23 mujeres en las prefecturas de Fukushima, Ibaraki, Chiba, Saitama y Tokio, las más próximas a la central nuclear que resultó dañada luego del devastador terremoto de 8,9 grados que golpeó a Japón el pasado 11 de marzo.

Diversos medios a nivel mundial mencionaron que las muestras que tenían rastros de radiación “contenían entre 2,2 y 8 becquerelios de yodo 131 por kilogramo, muy por debajo del máximo legal fijado en los 100 becquerelios para la leche materna de continuación”.

De acuerdo a las autoridades, estos niveles de radiación no suponen ningún peligro para los lactantes ni para las madres por lo que invocó a población nipona a la calma.